LA HORA DEL PLAN
Hace 10 años mal contados empezó a operar el PLAN DEPARTAMENTAL DE AGUAS en el Departamento del Tolima. Fue precisamente en el primer mandato de OSCAR BARRETO, cuando se aprobó la ordenanza que le dio vida a ese instrumento que empoderó a la EMPRESA DEPARTAMENTAL DE ACUEDUCTO, ALCANTARILLADO Y ASEO DEL TOLIMA como gestor del PLAN y sumó las voluntades de actores nacionales, del departamento y de la mayoría de municipios, para transformar el estado de los servicios públicos de responsabilidad local en el departamento.
Transcurridos 10 años, ha llegado el momento de revalidar el esquema y someter al escrutinio público los avances y deficiencias que la ejecución del plan nos deja a los tolimenses. Para ello en el corto plazo, el gobierno departamental debe llevar a la asamblea la iniciativa que amplíe la vigencia del plan, que está próxima a vencerse y posteriormente deberá efectuarse el mismo ejercicio en todos los municipios que quieran permanecer en el plan, mediante la aprobación del acuerdo respectivo.
La mayor parte de los 10 años que ha tenido como vigencia el plan, lo fue en las administraciones de Barreto, por lo que, al momento de calificar los avances y desaciertos, no podrá desconocerse su paternidad.
La bolsa de recursos que lo financian, incluye dineros de regalías, del sistema general de participaciones, recursos propios de las entidades territoriales y aportes del gobierno nacional en una cuantía millonaria, que esperamos no sean la causa de los recientes acercamientos entre la oposición y el gobierno departamental.
Oportuno y sano que en la asamblea y en los concejos de los municipios que piensen revalidar su participación en el plan departamental de aguas, se de un debate amplio y transparente de cara a la comunidad.
Necesario es que se respete la voluntad de los municipios que decidan abstenerse de participar, porque sé de primera mano que es mas fácil retirarse del cartel de Medellín que del plan departamental de aguas, como lo testimonian los municipios que en estos diez años han querido dar un paso atrás, sin que aún la fiduciaria que maneja su planta cese de caramelearlos a su gusto para devolverle los recursos.
La de hoy es una oportunidad de oro para que el GESTOR, muestre su balance en 10 años de ejecución, con obras de verdad y no con el pago de estudios y asesorías que se sabe fueron cuantiosos, demostrando que merece la confianza de los municipios y de los usuarios de los servicios, si es que la merece.
Importante si, repito, que el debate sea de cara a la comunidad y no en la oscuridad de los conciliábulos.